jueves, diciembre 13, 2007

Eau d' parfum

Por lo visto vengo entusiasmada con el tema de los perfumes.
Nuevo hallazgo en el cuadernillo mágico. Totalmente amorfo (¡cómo estoy con el "totalmente"!)


Ese perfume berreta.
A mano en la cintura, a cuello en la boca.
A beso repulsivo que no extraño ni en la noche más solitaria, que no sé todavía por qué no evito.

Yo sé que es posible o imposible
sorprenderme la noche cayendo descalzo sobre tu cama de ensueño.

No me gusta despertarme temprano si estoy solo,
no me gusta despertarme tarde si no hay nadie.
O si nadie es nadie porque así lo siento…
… Y en realidad nadie cree que con alguien ha estado durmiendo.

domingo, diciembre 02, 2007

. diario

Fragmentos de una soltera en apuros.

26/07/07
Me cuesta dormir sin tomar aunque sea un poco de agua. Más que nada en casa.

27/07/07
No me canso de escuchar “Wish you were here” recordando escenas de/con melancolía.


30/07/07
Me encanta ver regadoras funcionando. Más que nada en días radiantes, con las gotas brillando sobre las hojas.

05/08/07
Tomar soda directamente del sifón. Lo que sería igual a servirla en mi boca.

13/08/07
Demasiado histérica como para forrar con contact.

21/08/07
Escuchar a los grillos mientras cruzo la vía a la altura de Nogoyá.
(Y verte. Básicamente me gusta verte.)

¿Por qué no se puede estudiar triste?


23/08/07
Nunca se encuentra la segunda pantufla.

Extensión:
Tampoco la segunda ojota.


31/08/07
Imperdible. Las cuatro esquinas del río, Tigre deseoso de primavera.
Al fin los besos no se escuchan.

[“Aspirante II” se llamaba la lanchita.]

... Es lo que tengo. Un señor canoso conduciendo un barco llamado “Recuerdo”.


09/09/07 (incierto)
La melancolía no me deja pensar. Es cada día más pura y odio admitir que también hermosa.

13/09/07
No me acostumbro a aceptar tu rechazo.

07/10/07
... Pero el tiempo no deja de pasar.

26/10/07
El fondo de la abuela.
Y desprenderme de tus encantos.

[Me encanta lo que hago, cuando no lo hago.]


28/10/07
Las apariencias engañan y yo me dejo engañar.

29/10/07
Yo estoy como ese nicho.

- Angustia oral en estado avanzado.


04/11/07
Just remember that it’s flesh and bones.

29/11/07
Al fin el fin de los parciales.
105 relax-bondi. Y ese olor a perfumes mezclados, gastados, frotados y vueltos a poner.

viernes, noviembre 23, 2007

hope(-less)

Pensando que es quien nunca (¡jamás!) será.  
Irónico, porque he dicho y repetido que ya no me interesa.

jueves, octubre 11, 2007

lo quiero, Ensenada.


… O supongamos que lo quisiera encontrar a usted de casualidad. Aunque la casualidad no existe, dicen… Porque en ese caso estaría yo buscándolo intencionalmente. Y si supiera algo, aunque mínimo, de su vida cotidiana, estaría yo, Ensenada, caminando aquellas calles, privilegiando ciertas panaderías. Compraría el tomate estúpidamente en la verdulería más cara y más lejana a mis aposentos tan sólo por haber recibido informe de su presencia allí.
_
Verá usted, Ensenada, que mis puros anhelos de encontrarlo en la casualidad e invitarlo a un café se convertirían en un triste comportamiento obsesivo. Por otro lado me sería imposible disimular el entusiasmo y la satisfacción de haberlo encontrado, delatándose así mi premeditada búsqueda. Y por más excelente que fuera mi actuación, ¿cómo podría justificar mi concurrencia a su barrio, a su circuito comercial? Pues damos por supuesto que el café se concretaría y luego el diálogo, evidentemente, no se limitaría a un simple cruce de palabras. Y ahora pienso más cosas, que ignoré por conveniencia y no porque no mereciesen importancia. ¿Quién me asegura a mí, Ensenada, que usted aceptaría mi falsamente improvisada invitación? Más aún, en el caso más optimista, ¿cómo sabría yo que usted está a gusto, que no se arrepiente de una decisión tan impulsiva (considerando que usted y/o su decisión fueran de esas características)?_
Y si superara mi objetivo todo obstáculo y yo estuviera enfrente suyo, usted a gusto, en una mesa de café, ¿qué le diría? ¿Cómo confiaría entonces en mi torpeza de enamorado? Entienda el pavor que me provoca dejar todo en manos de mi naturalidad, porque no puedo (no debería) preparar mi discurso con la merecida antelación. Y por otro lado, si me decidiera a tal estupidez debería elaborar varias alternativas para cada una de las posibles consecuencias de su reacción. ¡Y con lo poco que lo conozco a usted! Sería en exceso trabajoso, a un punto insoportable presiento. Y no es que usted no valga tiempo ni labor, Ensenada, todo lo contrario. Pero recuerde lo que le dije anteriormente, remóntese sin mareos a mis primeros renglones. ¿Se acuerda ahora de la espontaneidad? ¡Si es eso lo que más quiero! Cruzarlo casualmente en una verdulería o un almacén y por un deseo repentino invitarlo a tomar un café. Pero claro, casi vuelvo a olvidar que estaría yo buscándolo, Ensenada, y que sería obsesivo, porque la casualidad no existe o al menos eso dicen.

domingo, octubre 07, 2007

Uf.








Esta madrugada se lo comentaba a mi Vilches.

Últimamente se me ha dado por escapar, es lo único que necesito y lo que más disfruto. De una clase, una casa y hasta de un colectivo.

"Esto debe tener una base psicológica importante", agregué a mi confesión.

Me late a inconformismo.

miércoles, septiembre 12, 2007

Sub-20



Todas las otras cosas en las que me había fijado anteriormente cedieron su lugar sin mayores problemas y así, de repente como ocurre una mirada, toda imagen suya se correspondía con un ojo, un ojo manchado en el cristalino, un iris irregular como nunca lo había visto antes.



reviviendo.


20 años. Ya no sos la misma. Lo sentís mientras caminás por la calle, tu andar cambió y para bien. Es la actitud que hubieras querido tener a los quince para no cargar ahora con (todos) esos recuerdos de amores frustrados. Ahora es bien distinto. Sonrisas al espejo y un retoque al revoltoso peinado. Tu andar cambió. En la calle, hasta en el colectivo. Tomó su tiempo, es verdad, pero una construcción sólida no se derrumba así porque sí… ¿O sí?
Como un huracán imprevisto (y como tonta analogía) un hombrecito de dieciocho arrasa con tu nueva imagen y desploma tu pedestal. Otra vez la fea, la tonta, la aburrida e ignorante. Poco diálogo y menos aún belleza. La lengua se traba y es mejor callar. Tampoco es propicio reír si te acordás de esas fotos horrendas que siempre salteás en el álbum. Para colmo, los pies sucios, las piernas peludas y tu estúpida y sumamente ingenua imaginación haciéndote creer que los ojos más lindos del recinto te están mirando justo a vos. Pero ni te ilusionás, ya salió la perdedora del baúl.
Al principio te distrae mirarlo una y otra vez. Más tarde te causás gracia y por último bajas el mentón por (auto) compasión. Se siente como a los quince. Igual pero con veinte. El galancito con novia rompiéndote el corazón sin siquiera darse por enterado. Ladrón… mientras soñabas con él se llevó tu actitud.



viernes, agosto 31, 2007

Estoy, bien. (Un intento desesperado por expresarme)




“Aspirante II” se llamaba la lanchita.


_
_
Me levanté creyendo que iría a repetir la rutina imbécil pero el cielo despejado cambió el rumbo y evitó otra mañana infructuosa. Hacía semanas que el frío paralizante, cuando no la lluvia, venía arruinando mis planes sin techo.
_
Por consiguiente el desayuno fue mejor, lavar mis dientes fue mejor y ahí terminaron las actividades rutinarias porque abandoné mis estudios por unas horas de terraza. Al fin pude trasplantar mi palto, limpiar el cementerio de desechos de Luna, peinarla a la pobrecita, y usar nuevamente el secador de pisos y las infaltables ojotas con flores hawaianas.
_
Con ansiedad vi llegar la hora de preparar la mochila y huir (qué lindo es huir). Luego sólo fue cuestión de ignorar al muchacho del colectivo que ocupaba un asiento y medio, a los otros inconvenientes del transporte y a la temperatura del viento. Porque acá en Tigre está hermoso pero el viento bastante inquieto.
_
Como siempre miré atentamente cada tren y cada transeúnte. No me estampé contra el vidrio de la ventanilla como suelo hacerlo pero yo por eso no me jactaría de ninguna fortaleza. Bien sé por qué no lo hice.
_
Ahorita mismo estacioné en las cuatro esquinas del río, que por su panorámica inigualable me encanta. Me causa un poco de gracia recordar que justifiqué este paseo con una necesidad de reflexión y de estudio relajado. ¡Lo que menos hago es pensar! Y ni hablar de estudiar. Bueno, quién dice que la iluminación no va a venir… mientras, sigo suspendida en la tontera.
_
En el fondo (siempre en el fondo todo…) es probable que algo me preocupe. Venir hasta acá en busca de una situación inconcebible quizás. Porque tengo que confesar que hoy tuve un sueño que pudo haberme llevado a tal cosa. Qué horror pensar en que pueda ser así, que esto valga nada y yo sólo haya venido porque sentí que eso me pedían unos vientos del norte. Como si alguien me asegurara -pienso ahora- que los vientos del norte no van al sur (!).
_
_






El titulito va para Vilches, que anda amante de las comas.

domingo, agosto 12, 2007

"Ceremonias de interior"

Supongo que debo estar en una etapa de transición. Por eso las escasas ganas de trasnochar en tumultos empalagosos. También por eso, quizás, el té y las canciones de Ray Charles, que me hacen sentir parte de esa Sintonía de Amor a la que siempre quise creer real.
_
Estoy casi inmóvil. En lapsos de unos minutos me reincorporo en el sillón azul y doy un sorbo al té que milagrosamente se mantiene caliente. Ordenar a mis manos el tipeo me toma un poco más de tiempo (sería un texto larguísimo si transcribiera mis pensamientos desde que abrí el procesador). Luna recién ahora decidió calmarse y descansa en mis piernas, como si hubiera entendido el argumento de la imagen estática.
_
Me pregunto ahora si no estoy yéndome a dormir por la extrema pereza que me impide llevar a cabo la rutina nocturna o si es por un insomnio que trato de ignorar. Me costaría pararme repentinamente para ir al baño, rompiendo el trance como si nada, arruinando la quietud que Luna ya comprendió.
_
Un rato más. Un rato más y si me dan ganas me dispongo a colgar esto en la red, como para revivir un poco a mi rinconcito y contarle un poco más de mí. Que la quietud, que el goce de la quietud, el posible cambio, la satisfacción de estar cambiando.
_
En un rato, sí.


martes, julio 24, 2007

m. Acción y efecto de bloquear(se).

Es paupérrimo (pau.pé.rri.mo) el deseo de subir algo pero hasta a mí me provoca algo de pena, junto con el disgusto, ver este espacio mío abandonado en la mayor expresión del abandono. Así que sólo voy a dejar testimonio de mis pocas ganas. Ante los no presentes testimonio formalmente mi escasa voluntad de crear algo relativamente bonito y/u horrendo, banal y/o interesante. Tal vez agregar un poco sobre mi vida actual, para hacer lo que se hace con ravioles y empanadas. Qué sé yo, no vengo nada mal, no me puedo quejar. Me quejo a menudo pero no debería o supuestamente no debería, a eso me refiero con que no puedo, se entiende (para qué lo explicaré si se entiende). Me sacaron una dócil muela de juicio, hay una exposición rural y el tiempo frío acobarda mis ganas de visitar el Tigre. Luego. Un poco de vacaciones, logros académicos y también una pizca de vacío. El vacío, ese debe ser el problema; la falta de algo. ¿La falta de qué? No puedo dilucidarlo, no puedo darle rostro, forma ni color. Lo que tengo bien en claro es que soy muy hábil para resaltar esas necesidades anónimas en momentos de regocijo. Es una pendejada, no hay que negarlo.
_
Ahora, quizás, los quince días para meditarlo y sanarlo. Tengo ganas. Eso me llena un poco.

miércoles, junio 27, 2007

Esta tarde

Había un mundo afuera de las sábanas, las barrancas eran gratuitas y era fácil sentarse en ellas un rato finalmente. Tal vez la verdad es un poco más verdad así y lo improbable se hace imposible, tan sólo por impalpable. Y todo este color, este esfuerzo del sol por entibiar el viento, se convierte en el escenario enorme de una tristeza de mil actos.


Descubrí finalmente que en realidad es un enamoramiento con mi pena, conmigo apenada. La búsqueda de un romanticismo que todo lo puede por dentro pero jamás traduce a movimientos. El sentir puro y auténtico en alguien que luce miserable. Pude dedicarme unas veinte canciones y amarme con mi tristeza e incertidumbre, mi conocimiento absoluto de la nada y nulo de todo lo demás. Supe amarme pensándolo y llorándolo despacio, deseándolo como siempre o un poco más.

Quise hacer durar el día por muchísimo más tiempo del estipulado por las costumbres, tal como he querido prolongar el tiempo (o el destiempo, no sé) frente a una mesa de café o en una esquina de Las Heras. Porque supe sentirme a mí y puedo afirmarlo. Me entendí, feliz con mi pena eterna, incesante a pesar del contexto. Comprendí aquel vistazo al cielo en una noche de festejo embriagado, aquel suspiro en medio de un flirteo pasajero.

lunes, junio 11, 2007

mujeres viajeras, Dos

Y llegar a una Buenos Aires de ventanillas transpiradas. Volver a llegar pero en otro contexto, en un tren durante un invierno, verificando que la nostalgia es la misma y que la ciudad nos puede. De a poco ir guardando rostros en un cajoncito melancólico mientras Belgrano, desde allá abajo del puente, va trayéndonos unas obligaciones y una rutina que habíamos encomendádole guardar en el camino de ida.
_
La neblina recuerda a una Londres jamás visitada, con el Big Ben porteño que decora Retiro. Tenemos que comentarlo para no volver a sentir ese nudo y dejar que el cajoncito siga acomodando. Nos reconforta planear nuevas formas de vivir nuestra Buenos Aires haciéndola un poco más Rosario, raleando hasta dejar una pequeña ciudad de barrios cálidos y siempreamigos. Asumir durante el cambio que sabemos acelerarnos tanto como la metrópolis, exagerando las responsabilidades sin entender ese andar ajetreado que nos estupidiza.
_
Dos días en Rosario o quince en la Patagonia son lo mismo para la causa. De todos los viajes aprendemos algo y por eso es que viajamos.
_
_
_
_
_
_
Nota al pie: Deleitoso sentir con los dedos torpes cómo se pierde la habilidad en el tipeo.

lunes, mayo 14, 2007

sad-ness





Aflicción, angustia, desconsuelo, pena, amargura, abatimiento, congoja, consternación, dolor, desdicha, nostalgia, sinsabor, melancolía, pesar, desolación. Tristeza.







La canción.

lunes, mayo 07, 2007

Anhelada Victoria

_
Una semana de tanto ocio me llevó a reacomodar papeles de mis cajones, lo cual me enfrentó a un papel escrito, al que sólo pude responder con una sonrisa cómplice (¿auto-complicidad?). Se ve que, para no variar, lo dejé incompleto... En fin, lo bonito es que es auténtico.
_
_
No sé qué nombre ponerte, si Alfredo o Juan Carlos, para poder hablar de vos con las chicas. Ya se sospecha algo pero las cosas van a ponerse difíciles cuando todo deje de ser una de mis bromas. Si hasta a mí me agarraste por sorpresa cuando dejó de divertirme que a los demás les causara gracia. Y supe que la próxima vez sería más complicada porque ya me había enterado de mi propio secreto.
_
Recuerdo todo pero no le puedo encontrar un orden. Vos hablabas mucho y se te escapaba la risa, te reías con el pelo, con las manos, con los dientes. Tenés esa cosa de brillo y campanitas que no sé describir. Yo jugaba con el doblez de mi pollera sin poder disimular nada, porque me ponías nerviosa y así lucía. Nerviosa como si fueras el hombre de mis sueños pero sin nada de hombre y llena de cosas soñadas.
_
Te hicieron la pregunta, ¡la pregunta! (Yo no podía). Son dos segundos en los que ruego, imploro y no, no sirve. 29 años tenés y no es tu edad la que me decepciona, es la mía tan lejos de la tuya.
_
_
_
"Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura que inspira el vértigo, hermosa con esa hermosura que no se parece en nada a la que soñamos en los ángeles, que, sin embargo, es sobrenatural; hermosura diabólica, que tal vez presta el demonio a algunos seres para hacerlos sus instrumentos en la tierra."
_
Gustavo Adolfo Bécquer
Me acostumbré a los malditos guiones y textos ocultos para que los espacios queden a mi antojo.

sábado, abril 21, 2007

27 veces NO debo

Debe explicarse por el hecho de que uno va superando las cosas, o dejándolas a un lado cuando ya no tiene razón seguir cargándolas en la espalda. Es así que esta semana se me ocurrió hacer un viaje al pasado inmediato a través de papeles, cuadernitos y frívolos archivos de texto, recomponiendo una historia de dos que sólo yo viví, una historia de una que quiso que fueran dos._
Una tarde lo vi a Juan, un mediodía pude decirle mi nombre para que él lo repitiese, una noche pude sentirlo como lo había deseado y una mañana supe verlo partir. Tan pronto transcurrió todo lo real y tan larga fue la posterior ficción, que el muchacho quizás ni se imagine el cuento en el que me permitió vivir, una historia que conté una y mil veces a grandes amigos y ebrios confidentes._
Traté de recomponer todo eso, en un orden para nada cronológico porque esa clase de historias no tiene pies ni cabeza, y aquí están para todo el que quiera compartirlos, pedazos de lo que yo viví con y sin Juan:
_
_
_
Tenés varias ubicaciones para elegir pero te acomodaste justo donde una vez habías besado a un viejo amor. Algunos recuerdos pero nada grave… tu enamoradizo corazón ahora quiere tomarse el ferrocarril Mitre que pasa justo por enfrente y contemplar la zona norte. Te reís por tu inconstancia pero sabés que es lo mejor para vos... quizás sería cuestión de dejar un poco más de lado el llanto, estas cosas se entierran si no causan placer alguno.
_
Me inquietaba el asunto, leer un cuento y pensarte, identificarte con una mujer rubia y llamada Sara, soñar con darte el cuento y conmoverte (siempre quise conmoverte). Dejar huir el amor platónico y luego que todo pierda sentido, los maridos no son tan ideales y los hijos son mera descendencia y continuidad de una sangre que quizás no valga la pena perpetuar.
_
La tonta imagen de la tonta mujercita vagando por los pasillos que combinan la E con la C. La ingenua que camina sin rumbo por un lugar que creyó su destino, que siente fuertes palpitaciones con sólo ser un pasajero más de la línea Mitre. La que se enamora tanto y por tan poco, tal vez para olvidarse de lo duro que es todo lo demás.
_
__
Tengo ganas de verlo, ¿está mal? Tengo ganas de verte a vos, que nunca lo leés, que no sé dónde estás ni cuándo vas a volver de ahí pero igual te espero porque sé que la bendita rutina nos va a cruzar.
__
Puede que estemos compartiendo este momento, aunque vos no lo sepas ni lo desees y tan sólo porque yo así lo quiero, como lo hago cuando duermo. Es posible que a veces me recuerdes o hasta quizás lo estés haciendo ahora... aunque no, eso es improbable […]
__
Poco a poco iba pisoteando el advenimiento de lo inevitable. Ya podía divisar la estación y también, frente a ésta, la parada de su colectivo, ajena a todo pero con aires de protagonista. Notó que la mano de él se le iba resbalando desde su cintura hasta vaya uno a saber dónde y fue entonces cuando descubrió que hacía frío, que toda esa mañana había sido fría.
_
_
Puede mentirse diciendo que no le gustó, también pensando que fue lo que esperaba. La imagen que le mostró el espejo del bar cuando subió al baño no hizo más que dificultar las cosas y los comentarios graciosos se tornaban dolorosos en el fondo. Luego las miradas y las voces le iban mostrando su derrota, pero igualmente, con vana fe, hizo una caricia a sus uñas mordidas como la forma más extraña de decirle “me importás”.
_
Releerlo todo me hace sentir algo estúpida. No puedo decir que no tengo miedo, que confío en mí. No sé qué será de esto ni quién llegará a leerlo, hasta dudo que llegue a tus ojos. Pero, sin embargo, sigo escribiendo… y sin sentirme avergonzada, acepto lo aliviada que me hace sentir poder volcar todo al menos en un simple procesador de texto.
___
_

_
_
_
Yo no le dije que se quedara ni que no era necesario que se fuera, no emití sonido ni menos palabra y Juan se fue. No me sirve demasiado encontrar ahora el manual, aunque tal vez sí para no perder a otros Juan, a otros que se van porque no entienden. Pero el manual no existe o es cosa inédita, es un hecho. Me queda lo mío y los libros sobre la gente, nada buenos pero sí valiosos, como la opinión y la autobiografía. Me quedan los libros, los Juan, lo mío y la autobiografía. Sin manuales pero con lo mío y tal vez un Juan lejano, un grito y un Juan lejano que tal vez lo escuche.
_
Y las cosas no cambian, no cambian nunca, porque nunca dejo de sentirme confundida. Así como hoy iba a subir mi última escritura "mirando al chico de ojos castaños", ahora tengo ganas de agarrar ese papel y prenderlo fuego para que no quede ni el bollo.


viernes, abril 06, 2007

Más tuyo que mío

Me da tanta pena por ella. Si no hubiera dicho todo lo que me tenía que decir, esa boca sin respiro que hablaba tanto callando, esa tipa de palabras espacio en mi siempre ahogado cielo.

Salí de casa y el cuchillo que no dejaba de pedir mis detalles, de querer llenarse con mi destino manal trazado ya desde siempre, desde antes que ella fuera ella y que yo fuera él -o esa mentira, mismo fin- sin ella. La caminata no la puedo hacer de cabeza cielo, no la puedo hacer sin pensar en su dolor, en sus días nuestros pasando noches de vigilia compartida. Olvido así o vuelvo todavía más hundido por otra bestial menos con ella -afirmé.

Cruzo diferente el abandonado de siempre recordando la simpleza que mi ceguera negóme desde el principio (y pude verlo aunque...) y ahí ella, ella diciéndome que sí (un sí casi tan alejado como real), que siempre y después que nunca, pero que a veces puede pasar, a veces los nombres propios son los nuestros en lo diario. El tibio bolsillo y gritos cabezales en el andar, en un domingo de fondos grisáceos. El cuchillo tallado ya con el nombre. Camino y la imagino en ese instante, plegada en su triste memoria, en la recurrente desgracia.

Me da pena por ella porque puedo verla llorando (unos instantes espero sentir sus labios salados por la negra parca) y preguntándose el por qué, saliendo en busca de alguna inexistente e instantánea para después olvidarnos (en segundos de reloj, en miradas incontables), olvidarme y olvidarse del conmigo, del nosotros en el río o en el ancho caminar de ciudad, de mentir. Siempre tan afilada, siempre tan bestial... no sé cómo puedo pensar en destruirlo todo (claro que lo sé, pero se me escapa, huye tanto como mis verdades), en alimentar los apetitos. Me da tanta pena por ella que no sé si pueda hacerlo.

Miro un poco los pastizales amarillos entremezclándose con algunos nuevos verdes detestables, amarillos y amarillos, amarillos y con ellos no puedo dejar de quedarme. Tan quemados, tan filosa ella y tanta pena me da, tanta por ella. El cuchillo en mi temblorosa derecha, ahora en la izquierda pero solamente para sentir ese lado del que tanto se han ocupado en destruir ellas, ellas aunque no ella y por eso, por eso pena. Mi ceguera, mi evidente y latente tristeza, ¡qué pena!

Perdóname, de veras perdóname, pero tengo que seguir. Otoñales brotando de mis zapatos hasta alguna zona olvidada, de vuelta el chuchillo paseándose ¿indeciso? por este tiempo que no sabe hacer más que restar, que no sabe hacer más de lo único que nunca dejó de saber hacer. ¿Y estará? ¿Estará tan vista como siempre?

"Ahora tengo tantas cosas para hacer Javier, mejor otra vida." De acá hasta allí, latido propio y filoso, de allí hasta algún otro y próximo aquí, tan filosa. Tanta pena nos doy.

Guardó el cuchillo en su campera, en su pulóver, en su camisa y en su pecho, en un ahora ensangrentado y sano pecho.

___________

Escrito por un señor mayor, a quien aprecio infinitamente.

sábado, marzo 31, 2007

Pini. Y yo.

... Éramos como pan... y mantequilla.

Par de bobas. Porque nos reímos de nosotras mismas, principalmente por eso y porque sabemos aceptar la estupidez que nos adjudican. Sabemos argumentarla elegantemente y eso nos hace más tontas aún frente a aquellos que espían al mundo por el hueco deforme de la cerradura. ¿Lo ves?: Las locas (¡son raras, sí!) juegan a que meditan mientras secan sus zapatillas al sol, las locas leen juntas y se aislan cuando el resto sociabiliza. ¿Qué hace ese par de bobas? ¿Por qué no se pintan y se alisan el pelo?

No nos pusimos el atuendo adecuado y por eso así la noche, por eso y porque nos gusta así. No queríamos aquello del ritual barato, pura monotonía, cosas que pueden conseguirse (sólo y sólo con el atuendo adecuado). Ellas bailaban como quien se obliga a cumplir una labor, con un poco más de esfuerzo pues era preciso mentir. Nosotras, mientras tanto, nos reíamos de eructos y de catrieles en una esquina. O hablábamos de gramática y ortografía un sábado por la noche, de verbos imposibles frente a un capuccino. O de la Botánica Oculta y los poderes oscuros de la mandrágora. O hacíamos poesía de la canción que Rodrigo le dedica a Maradona. Todos ellos, retrucándole el amor que sus novios les juraban vía celular. Nosotras, con Don Bosco.

Nosotras, jugábamos. Y por eso, la risa.

Pero ellos no juegan, ya son adultos. Nosotras, par de bobas.


Hecho junto con
Pinina.

domingo, marzo 25, 2007

Chrysanthemum x morifolium

Crisantemos en junio para el día del padre. También el dos de noviembre, costumbre de cementerio. Crisantemos, no rosas finas, ni claveles como en Italia, lo aclaró el profesor.

Chrysanthemum listos para junio, porque mueren más padres que madres. Observación a favor de la hipótesis nula (algo así), vaya rol el mío, sólo que sin esas flores de cementerio, papel trágico en el cine de industria nacional, ramo cómplice de penurias e hipocresía. Muchos tíos decoran la mentira con Crisantemos (coronas, ramos enormes, tus tíos que siempre te querrán), muchos hijos, muchos que se decían dignos enemigos nuestros.

Dominando al fotoperíodo se tienen los mejores vestidos para la tía hipócrita, el jefe asesino. A un solo paso los días cortos del Crisantemo, polietileno negro arriba de los inmaduros... Pero si eso es lo que deberían usar aquellos visitadores de cementerio, frecuentadores vestidos de especie compuesta y mortuoria.

El dos de noviembre invita al turismo puertas adentro del Chacarita. Hasta el bisabuelo del abuelo recibe su moribunda inflorescencia, conmemoramos su fertilidad con esa reina del cementerio, competencia del clavel, que quiere además estar en manos de la prometida. Es preciso forzar una lágrima y limpiarla exageradamente, es pertinente llorar en el cementerio, flor por flor, abuelo por abuelo. Salir conforme, con las manos vacías impregnadas. Recordar el cumpleaños de alguna sobrina y recurrir sin repensarlo a un ramo de flores, barato, que no sean Crisantemos, por favor, que parecen de cementerio.
Si no me dejás poner espacios, voy a tener que hacer esto.
Sí, sí, sí.
¡Ja!
“[…] Un hombre de la edad media despreciaría nuestra vida actual como algo mucho peor que cruel, terrible y bárbaro. Cada época, cada cultura, cada costumbre y tradición tienen su estilo, sus ternuras y sus durezas correspondientes, sus bellezas y sus horrores; dan por sentados ciertos dolores, soportan con paciencia ciertos males. La vida humana se convierte en un verdadero sufrimiento, un auténtico infierno, sólo allí donde se superponen dos épocas, dos culturas y religiones. […]”

Harry Haller.

miércoles, marzo 21, 2007

Brain damage


Homenajeando humildemente a la noche del sábado 17.



¿Qué hay dentro de un punto? Acércate un poco más. ¿Qué hay detrás de un punto? Siempre te dije que absolutamente nada pero aunque me vieses dibujándolo en el mismísimo vacío luego te asomarías para ver qué esconde su espalda. Te preocupa, te confunde ese punto burlón, que en su astucia aparenta no decir nada. No podrías caer tú en el truco de alguna tonta figura puntiforme que pretende pasar desapercibida por su simpleza. Por momentos no sé si seguir admirándote, ¿cuánto tiempo más necesitas estar parado frente a él para asegurarte de que es sólo fruto de la casualidad? Aquel punto audaz que imaginas quizás ni exista pero pareciera que tan tonta cosa es todo en lo que piensas. Ya me pareces obsesionado, obstinado pues no quieres escucharme mientras te explico que cualquiera puede tomar un crayón y pintar un círculo imperfecto. ¿Por qué no pruebas tú también? Así, siendo el intérprete, sabrás que no oculta nada. Aunque no lo sé. Conociéndote, es probable que hasta de tu subconsciente desconfíes. Quién sabe qué macabras formas de esconder atrocidades tiene… hasta con un punto podría hacerlo.

lunes, marzo 12, 2007

Antes de meridiano


A lo que puede llevarte un día de tormenta...

Me fui a acordar del sueño justo ahí, siempre oportuna, viendo cómo la vela a don Expédito iluminaba el especiero en forma de gorda. Nunca había estado mi casa tan tenebrosa a las diez a.m., ni con esas tormentas matutinas que me alegran el día. Había sido por una suerte de fusión subconsciente del loquero de Julio con los espíritus, médiums y materializaciones de la venganza de Dolina. Era entonces yo, afortunadamente acompañada, visitando casi turísticamente un manicomio que por motivos que un no-soñante no puede discernir, debía ser conocido y aprendido en toda su estructura y contenido. 
Me encontraba en determinado momento con una interna que no hubiera creído paciente ni loca ni desequilibrada. No voy a darle el gusto a ningún terapeuta, reservando para mí y para el lector de este relato el diálogo con la mujer sin nombre ni número. La primera en emitir sonido fue una enfermera, bien representada por su uniforme y cara de enfermera (vaya cosa), haciéndome una pregunta descolocada: “¿Sabés hace cuánto murió su padre?”. Me sentí inmediatamente indagada, incluso atacada, y así hice un rápido cálculo cuyo resultado comparé con el de la otra paciente (la paciente, quiero decir). ¿Acaso iba a juzgarse una falta de desapego? Entonces mis siete-ocho años eran menos cosa que sus veinte, todo más justificado (falta de tiempo, un poco más de tiempo). Pero sin embargo veía a la lección caer sobre mí. Pesada, frívola lección de terapeuta, dejalo ir, él quiso irse sin antes pedir permiso. Patrañas, carajo.
En tres segundos -porque mi mente se está desacelerando paulatinamente- me sentí más paciente que nunca, autodiagnosticada, sello rojo en mi expediente, documentación e historia clínica. Alérgica, estúpida y loca. Cerró la boca un psicoanalista interno, callado por otro que iba a tomar la palabra en cuanto mi raciocinio interpretara la nueva información que me daba esta vez no la enfermera sino la paciente. “¿Creés en la energía?”, inquirió. ATPmonedaenergética, energía química, mecánica, cinética. Emmm, emmm, sí, claro que creo (¡qué diablos!).
“Pues lo que yo veo es más que un cúmulo energético, muchacha. Pura materialización (he aquí a Dolina cito por mi somnolencia), todas las noches, de mi padre que no entiende que es hora del descanso eterno y el paraíso interior”. Volví a mirar su rostro luego de varios minutos de contemplar algo que ahora no recuerdo y eso me llevó un poco más a aquella realidad, de ella interna, yo visitante, la otra enfermera. Sus rasgos dibujaban el terror y el cansancio por tanto terror y yo lo entendí: todas las noches el espíritu moldeado en materia, cosa rara pero palpable, mas también visible. Viví sus noches a través de sus pupilas dilatadas por la escasa iluminación del recinto. Luego del terror sentí culpa, culpa por temerle al viejito, porque al fin y al cabo yo estaba trasvasando su realidad a mi propia vida. Debatía en silencio, me dejé visitar por mi padre todas las noches y estúpidamente mis pupilas también se dilataron y ya no era la falta de luz, eso no.

[La vela a don Expédito se enaltece en la progresiva oscuridad.]

Hubiera hecho lo mismo que la enfermera, harta del silencio y de conversar con los internos. Me quiso rescatar, yo la escuchaba a lo lejos, acomodando sabiamente las palabras para que yo comprendiese la patología, para que saliera de una realidad que no era mía ni de nadie real (o cuerdo, no sé). Acompañé la mirada de mi compañera hasta la puerta que se entreabría dejando pasar un rostro sonriente, éra(mos) pura pupila. Ella y yo, que lo entendía todo, que veía entrar a esa masa con forma y energía, energía y forma de padre de ella. Sonreía tontamente, sin entender que era la hora del descanso, que no debía regocijarse por estar ahí y menos aún acompañado, menos aún acompañado por papá mío que se regocijaba de alegría al verme, repleto de materia y energía se estrellaba contra mis pupilas que comprendían todo, desde el terror hasta la materialización.


Imagen 1. De la vida y sus penas.

jueves, marzo 01, 2007

Sí, quiero.

Sucesivas fueron las invitaciones de pino hembra (de ahora en más, Pina) a que yo cree un espacio de este tipo, con menos imágenes y más letras. Ella sabe, como yo que no me animaba a asumirlo, que el drenaje de mis excesos (ja) será más efectivo de este modo.

No voy a repetir las palabras que dice mi perfil. Mis publicaciones serán esporádicas pero en consecuencia espontáneas.

¡Enhorabuena!