domingo, junio 27, 2010

lunes, junio 21, 2010

Blenheim mon amour

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Con los ojos de Asia me miró fijamente. Mirada cansada de siglos y siglos para recordar, de errores y victorias de los que aprender. Mirada de espíritu y de paz; pero también de guerra.
Con los ojos de Asia, exhaustos de viento y sol, me pidió descansar en mis labios. Enseñarle a mi cuerpo ese sabio lenguaje que ellos bien conocen. Con la piel mate; el arte de los cuerpos que conversan, que buscan entenderse.
junio2009
La cuestión era no verlo salir por esa puerta. No verlo yéndose, sabiendo que quizás nunca más; que quizás, como tantas otras veces en mi vida, nunca más. No observarlo partir; tomar sus valijas y salir por esa puerta para que un avión, luego otro y luego otro lo alejaran de mí lo suficiente como para sentirlo lejos (fuera de mí y yo de él).