viernes, abril 06, 2007

Más tuyo que mío

Me da tanta pena por ella. Si no hubiera dicho todo lo que me tenía que decir, esa boca sin respiro que hablaba tanto callando, esa tipa de palabras espacio en mi siempre ahogado cielo.

Salí de casa y el cuchillo que no dejaba de pedir mis detalles, de querer llenarse con mi destino manal trazado ya desde siempre, desde antes que ella fuera ella y que yo fuera él -o esa mentira, mismo fin- sin ella. La caminata no la puedo hacer de cabeza cielo, no la puedo hacer sin pensar en su dolor, en sus días nuestros pasando noches de vigilia compartida. Olvido así o vuelvo todavía más hundido por otra bestial menos con ella -afirmé.

Cruzo diferente el abandonado de siempre recordando la simpleza que mi ceguera negóme desde el principio (y pude verlo aunque...) y ahí ella, ella diciéndome que sí (un sí casi tan alejado como real), que siempre y después que nunca, pero que a veces puede pasar, a veces los nombres propios son los nuestros en lo diario. El tibio bolsillo y gritos cabezales en el andar, en un domingo de fondos grisáceos. El cuchillo tallado ya con el nombre. Camino y la imagino en ese instante, plegada en su triste memoria, en la recurrente desgracia.

Me da pena por ella porque puedo verla llorando (unos instantes espero sentir sus labios salados por la negra parca) y preguntándose el por qué, saliendo en busca de alguna inexistente e instantánea para después olvidarnos (en segundos de reloj, en miradas incontables), olvidarme y olvidarse del conmigo, del nosotros en el río o en el ancho caminar de ciudad, de mentir. Siempre tan afilada, siempre tan bestial... no sé cómo puedo pensar en destruirlo todo (claro que lo sé, pero se me escapa, huye tanto como mis verdades), en alimentar los apetitos. Me da tanta pena por ella que no sé si pueda hacerlo.

Miro un poco los pastizales amarillos entremezclándose con algunos nuevos verdes detestables, amarillos y amarillos, amarillos y con ellos no puedo dejar de quedarme. Tan quemados, tan filosa ella y tanta pena me da, tanta por ella. El cuchillo en mi temblorosa derecha, ahora en la izquierda pero solamente para sentir ese lado del que tanto se han ocupado en destruir ellas, ellas aunque no ella y por eso, por eso pena. Mi ceguera, mi evidente y latente tristeza, ¡qué pena!

Perdóname, de veras perdóname, pero tengo que seguir. Otoñales brotando de mis zapatos hasta alguna zona olvidada, de vuelta el chuchillo paseándose ¿indeciso? por este tiempo que no sabe hacer más que restar, que no sabe hacer más de lo único que nunca dejó de saber hacer. ¿Y estará? ¿Estará tan vista como siempre?

"Ahora tengo tantas cosas para hacer Javier, mejor otra vida." De acá hasta allí, latido propio y filoso, de allí hasta algún otro y próximo aquí, tan filosa. Tanta pena nos doy.

Guardó el cuchillo en su campera, en su pulóver, en su camisa y en su pecho, en un ahora ensangrentado y sano pecho.

___________

Escrito por un señor mayor, a quien aprecio infinitamente.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi vida....gracias por pasar..nos debemos una charla (y yo necesito apachurramiento). Ya te vas a enterar que le pedí un tiempo...
Ahora paso a transcribirte algo que escribí ayer a la mañana y que creo nos viene como anillo al dedo (anillo snif)

Millones de palabras ruedan por mi mente confundida. Ahora mismo quiero verte, quiero abrazarte, quiero estar con vos. Sí, con vos; no, con vos no.
Azarosos pensamientos de felicidad me recuerdan que es mejor no ser atolondrada; y redescubrir el mundo que profesaba muerto, y que creo, todavía, habita algún lugar de mi interior. Pero retorna el miedo, vuelve lo inconfesable, la desdicha, la duda… Y caigo nuevamente en el remolino de soledades, el amasijo interminable de dolor.
Hoy es el día donde todo termina, donde mi felicidad grita victoria sobre vos, sobre tus descuidos, tus olvidos, tus engaños, tus mentiras, tus…
Olvídate mi cara esfinge, borra mi figura ensombrecida, liberta tu espíritu de mi alma presurosa y devuelve el corazón prisionero; porque quiero vivir una vida sin ti, y quiero disfrutarla tal como la merezco.
Adiós mi bien amado, adiós a tus desidias inquebrantables, adiós a tus palabras fútiles, adiós a tus maltratos insensatos, adiós, adiós.
El eclipse no fue parcial y cegó nuestras miradas. No hay nada mejor que casa.


Mientras tanto...estudio para mi final...arreglo lo que me queda de vida...y no se...no se...

María

Kaitos dijo...

Muy bueno, por momentos me transporté a enormes pastizales bañados con cielos grises mientras un extraño aire frio recorría mis manos.




En cuanto a lo del diseño, no, no se nota y no queda mal, pero a veces resulta odioso Blogger... y por eso el ofrecimiento.


Saludos

Kaitos dijo...

Lo puede solucionar marcando SI en la siguiente opción en:

·Panel,
·Opciones,
·Básico: "¿Mostrar el modo de composición para todos sus blogs? (Agrega un modo de composición al Editor de entradas. (También puede denominarse editor wysiwyg )."

Espero que se entienda.

Saludos

Simink® dijo...

Mik... miles de gracias por escucharme en este estado tan de mierda, gracias por pegarme dos cachetadas al grito de “reacciona boludo” “querete un poco”… en serio, gracias por todo…

Te sume a mi lista de links en el blog… cuidate mucho, saludos!!!

Bla. dijo...

Javier se llama mi profesor taiwanés. Tendrías que estar ahí, Mica, nos reiríamos mucho.
Javier.. el hermano tilingo de mi vecino.
Javier... el hijo puto de la amiga de mi mamá.
Javier Malosetti, Javier Schultz, Javier...
Javier es lo que me quedó en la mente luego de leer esto.
Una idiotez, lo sé. Pero qué se le va a hacer?

Javier, Javi. Suena a Jovi, a crayón. Me transporta a los crayones para bebés, esos bien gruesos y aceitosos. Bebé como mi sobrino nuevo. Bebé que ya estoy queriendo ver, y que revisando textos viejos descubrí que lo soñé hace unos meses, cuando no había ni siquiera embarazo. Lo soñé varón y muy dulce.

Sólo espero que no lo nombren Javier, qué asco de nombre.

Sería un niño-crayón.

Su destino estaría marcado con un grueso trazo aceitoso.

Niño Crayón haría juego con mi sobrino actual, que como le cortaron el pelo bien al ras le digo "hola, Niño Escoba", y lo hago volar por los aires con un mantel como capa de superhéroe. Y él se caga de risa. Estira la mano como Súperman.

Sólo espero que no lo llamen Javier.

¿Cómo sería la capa de un Niño Crayón? ¿ah?

Bla. dijo...

Mirá si me hacés hablar boludeces, eh?

Todo por pedirme que comente.

Y bueh.

Bla. dijo...

Ahora vení vos a hablar boludeces...

capaz que ni viste lo de Kevin todavía.

Anónimo dijo...

esa mujer de espalda quisiera yo saber si es real.

meterme en los ensueños de javier me molesta, pero esa imagen...me cuesta no raptar, no llevarme a la idiotez esa espalda.

ud. que dice?

Bla. dijo...

Venía a decir una cosa, pero ahora diré dos:

1) El otro día cuando viste mis crayones Jovi dijiste "Jovi, Bon Jovi", lo que podría ser traducido como "Buen crayón".
Ahora entiendo el nombre de la banda... a mí nunca me había cerrado eso de John Bon Jovi, sí claro... mirá si justo se va a venir a llamar
Juan Buen Crayón

Bla. dijo...

Ah, y

2) Respondé Micaaaaaaa!!! Respondéle a Fede!!!

Bla. dijo...

PD: Los pastizales están amarillos porque tienen muchos tallos lignificados, mucho material muerto en pie, mucha broza.
Es que las tasas de crecimiento de esos pastos son más rápidos que las mandíbulas de las vacas.

Decía nomás, para sacarle lo poético a los amarillos pastizales.

Hoy no los veo poéticos, no es para menos...

mik dijo...

Me dispongo a contestar.

María, sin palabras, ya te dije lo hermoso que me pareció.

Kaitos! Me olvidé de contarte en clase que ya tenía tildada esa opción, por ende el problema debo ser yo. Seguiré con los mensajes ocultos entre párrafos.

Ema, fue un placer. Voy a darte un rincón publicitario yo también.

mik dijo...

Juan buen crayón. Pina, vi todo, lo de Kevin también (¿la Y de Johansen fue adrede? Te lo pregunto en el mío para llenarrrrrrme de comentarios).
La tenés con los crayones, ¿te das cuenta? Señor crayón también. No lo hubiera analizado de no ser por mis respuestas retrasadas (subpastoreo de comentarios).
Maldito forrajes, maldito, maldito. (U)


Señor Federico, ¿qué puedo decirle? Que la humilde espalda que cepillo y enjabono fue la elegida para acompañar el relato. Me sorprende usted.

Bla. dijo...

¿De qué Y hablás? (ejem...)