sábado, marzo 31, 2012

Ausente



Una mentira, tras otra (tras otra) y en el marco de otra gran mentira, llevaron a que Martín pasara la noche en casa de Javier. Y no hay mentira, por más verosímil o absurda que suene, que no tenga una contraparte: la contraparte del que elige creer. Javier, "el profe", que elige creer que el intacto ojo de Martín Blanco  realmente está herido en alguna remota parte del interior de su párpado; que la casa de Juan Pablo, que por eso la abuela no está en casa, que las llaves y el teléfono -apagado- en manos de Juan Pablo. Que, por alguna razón, ese día ambos estaban destinados a permanecer juntos, aislados.

- Está bien, Martín. Hagamos una cosa. Esta noche te quedás en casa. Nos pedimos una pizza -tranca-, te armo algo en el sillón y mañana a la mañana hacemos como si nada.

(...)

- Gracias, profe.



Sábado 13/08/11. "Ausente", de Marco Berger.









martes, marzo 27, 2012

ahogado al final.


¿Llevas la ropa planchada, Kōzume? ¿El pelo bien limpio? ¿Tus dientes brillan hoy como el amanecer en las alturas? ¿Has vuelto a perfumarte con el olor del agua fresca que juntos hemos visto correr?
Me preocupa un poco cuando siento que esa música va deshaciendo en hilachas tus entrañas. La siento carcomerte mientras tú así, tan pulcro. Me preocupa que de un momento a otro vayas a ensuciarte -¿qué será entonces de la pulcritud en su concepto?