martes, julio 24, 2007

m. Acción y efecto de bloquear(se).

Es paupérrimo (pau.pé.rri.mo) el deseo de subir algo pero hasta a mí me provoca algo de pena, junto con el disgusto, ver este espacio mío abandonado en la mayor expresión del abandono. Así que sólo voy a dejar testimonio de mis pocas ganas. Ante los no presentes testimonio formalmente mi escasa voluntad de crear algo relativamente bonito y/u horrendo, banal y/o interesante. Tal vez agregar un poco sobre mi vida actual, para hacer lo que se hace con ravioles y empanadas. Qué sé yo, no vengo nada mal, no me puedo quejar. Me quejo a menudo pero no debería o supuestamente no debería, a eso me refiero con que no puedo, se entiende (para qué lo explicaré si se entiende). Me sacaron una dócil muela de juicio, hay una exposición rural y el tiempo frío acobarda mis ganas de visitar el Tigre. Luego. Un poco de vacaciones, logros académicos y también una pizca de vacío. El vacío, ese debe ser el problema; la falta de algo. ¿La falta de qué? No puedo dilucidarlo, no puedo darle rostro, forma ni color. Lo que tengo bien en claro es que soy muy hábil para resaltar esas necesidades anónimas en momentos de regocijo. Es una pendejada, no hay que negarlo.
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Ahora, quizás, los quince días para meditarlo y sanarlo. Tengo ganas. Eso me llena un poco.