viernes, julio 22, 2011

desde lo remoto.

Una niñita con pelo rosa o con un gorro rosa que juega a ser pelo, o lo parece -es lo mismo para mis ojos.

Cambiar el modo de ver las cosas. Volver al viejo modo, volver a la mirada contemplativa... Me pregunto dónde ha quedado todo eso. Me respondo. Espero no del otro lado del océano, allí donde es casi inconcebible su recuperación. Espero no en las interminables filas de durazneros, en las rutas desiertas. No en los infinitos viñedos ni en aquel cuarto verdiazul.

Una niña tiene el pelo rosa para que yo crea estar en un cuento. Para que yo la mire y me pregunte por qué es eso lo que estoy viendo si no se trata un cuento, si hace no mucho descubrí que la vida no es sueño hacia este lado del tiempo. Estuve percibiendo aquí y allá esas pocas ganas de volar... me hablan de fuerza de gravedad, de peso y velocidad, de la masa del cuerpo, de su densidad y la del aire. Yo no creo haber pedido saber todo eso al sentarme a soñar en volar.

Quiero volver,
¿vamos?



///mediados de enero, 2010

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